TABLA DE VIDA

Las tablas de vida pueden ser entendidas como un resumen de la estructura interna de una población, expresada como el número de integrantes con diferentes edades, y algunos parámetros que pueden ser inferidos de esta estructura, relevantes para la comprensión de la variación de la población en el tiempo. 

La estructura interna de una población está referida al número de individuos que en un momento dado tiene una edad x. Al construir una tabla de vida a partir de datos longitudinales (todos los individuos en una tabla pertenecen a un mismo grupo que es seleccionado al inicio del estudio y es seguido desde su nacimiento -simultáneo- hasta que todos perecen), el número de individuos en la edad x+1 siempre será menor o igual al número de individuos en x. La diferencia entre estos dos números será igual al número de individuos que murieron antes de alcanzar la edad x+1. A partir de estos datos, es sencillo calcular la probabilidad qx de que un individuo de la edad x muera o px de que sobreviva (px = 1 - qx). Notando que estas probabilidades son edad-específicas, contamos con una forma simple de calcular la supervivencia dentro de una población, la cual es uno de los parámetros importantes de las estrategias de historias de vida. 

Las tablas de vida pueden ser construidas a partir de datos transversales. En contraste con los longitudinales, en este caso se realiza un censo poblacional, se cuenta el número de individuos en cada edad o grupo de edad, y se realiza la suposición de que la estructura observada representa las tasas de natalidad y mortalidad de la misma manera que lo haría un estudio longitudinal. Una forma especial de estudio transversal se obtiene empleando datos históricos, i.e. provenientes de individuos que no vivieron en el mismo tiempo (e.g. a través de registros de nacimientos y muertes). En este caso, se añade la suposición de que la estructura poblacional no ha cambiado significativamente durante el lapso transcurrido entre el primer nacimiento y la última muerte.